Fuerza ciudadana en las plazas públicas.
El pasado 26 de febrero pudimos presenciar una de las manifestaciones más grandes de los últimos años en el zócalo de la ciudad de México. Miles de ciudadanos se concentraron para hacer patente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, su preocupación por lo que ésta vaya a resolver respecto al llamado Plan B de la reforma electoral.
Muchos piensan que estas manifestaciones son en apoyo a los partidos que hoy son oposición, en alusión al PRI y al PAN, lo cual es algo fuera del lugar. El hecho de que estos partidos estén en contra de las decisiones del gobierno y busquen, porque así opera el sistema de partidos en México, volver al poder, no significa que cualquier ciudadano no pueda ejercer su derecho constitucional de manifestar su opinión sobre una reforma que define la forma de gobierno en nuestro país.
El INE es una institución que se fue moldeando de acuerdo a las coyunturas electorales con la participación de todas las fuerzas políticas, incluyendo a los que hoy gobiernan y que ha legitimado todos los procesos electorales.
El posicionamiento radical y partidario, nubla toda visión objetiva sobre la construcción de un país de libertades, un país de respeto a la pluralidad y la diversidad creando un sistema incluyente donde todos podamos dirimir pacíficamente nuestras diferencias.
Si los dirigentes del PRI y del PAN acuden a esas marchas, no es porque la ciudadanía los apoye, sino porque se aprovechan del momento para sacar raja electoral, buscando ganar adeptos y recuperar el apoyo que alguna vez tuvieron.
El PRI y el PAN tuvieron su oportunidad como ahora lo tiene Morena; pero si ninguno lo ha aprovechado para brindar buenos resultados hacia sus electores, es porque no les ha interesado trabajar por México, sino sólo disfrutar de las mieles del poder. Los que simpatizan con el gobierno dicen que los anteriores sólo buscan recuperar sus privilegios, como si los privilegios ya hubieran desaparecido.
El dirigente de Morena dice que el INE no sirve y no funciona, pero acude a ese INE a pedir que le retiren el registro al PAN por supuesta organización criminal, cuando la DEA y el FBI lo andan investigan por lo mismo. El INE le acaba de echar para atrás al PRI la prolongación de su mandato a Alito Moreno; es el mismo INE que ha validado todas las elecciones a partir del 2018 incluyendo las gubernaturas que hasta hoy ha ganado Morena.
Si las encuestas muestran una elevada popularidad del presidente y de su partido, entonces cual es la necesidad de modificar al INE y proponer consejeros inclinados a su partido.
Ningún dirigente o partido político puede ser dueño de la voluntad de los ciudadanos. Cada persona debe ser libre de decidir quién quiere que lo gobierne. La concentración en el zócalo debería servir para todos los partidos como un momento de reflexión para buscar la forma de ganarse ese apoyo.
Parece que no saben que una contienda electoral se gana con alianzas estratégicas, ofertas atractivas y mejores candidatos.
Lo que vimos en el zócalo y en más de 100 ciudades en el país, fue la movilización de un voto muy valioso para meterse a la pelea electoral, porque quien quiera ganar en el 2024 no puede darse el lujo de despreciar semejante fuerza ciudadana.